Los alumnos que se tienen en el aula de clase también necesitan una palabra que dé ánimo pues se esfuerzan, realizan bien su trabajo, van cada mañana con sus tareas hechas, buenas o regulares pero se esforzaron por realizarlas, desde luego los que se comportan adecuadamente en el aula… obtienen poco reconocimiento y refuerzo, a veces ninguno, sin generalizar.
Sí, es cierto, sabemos que es su obligación y su deber, pero recompensar de alguna manera esos comportamientos es una medida pedagógica que no solo hará que se mantenga, sino que animará a otros a seguirla.
Lo mismo ocurre con comportamientos adecuados de padres y profesores.
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Hace unos años, cuando tenía contacto directo con los niños en el salón de clase puse en marcha una genial idea,sencilla pero mágica, que generó en los alumnos sentimiento positivos, transformadores: escribir al final de cada periodo, una pequeña carta felicitando a las familias de los niños que cumplían criterios tan sencillos como asistir a clase, llegar puntuales y esforzarse en sus estudios, también cartas animando a aquellos que no habían alcanzado los objetivos pero que por sus cualidades tenían la oportunidad de mejorar.
El reforzar conductas positivas mejoraría ambientes laborales, convivencia entre estudiantes, mejor autoestima en la familia, mejor desempeño en maestros y sobre todo mejor calidad educativa. Si esto se llegase a realizar tendríamos otra realidad, pues personalizar la educación sería una buena estrategia para cambiar realidades. Sólo existe un problema: cómo cambiar mentalidades cuadriculadas y llenas de paradigmas? como hacer que el maestro anteponga los formatos que deben de llenar, la actitud cuando tiene que hacer una tarea demás? tenemos que comenzar por nosotros.
Ustedes que piensan? será que lo podemos lograr?
MG en Educación Maria Isabel Tamayo L
MG en Educación Maria Isabel Tamayo L
Resalto la necesidad de que el maestro caracterice y diagnostique a cada estudiante dentro de su aula de clase, ya que en medio de la gran diversidad que ahonda en ella, la pertinencia entra en escena cuando somos conscientes del cómo, del para qué y del por qué intervenir a ese chico con alguna particularidad, ya sea de índole desde lo familiar, cognitivo, emocional u otro orden., ya que así con un previo estudio de cada caso especifico, nos propiciamos un espacio que marca una directriz de posibles herramientas con las que entraremos a abordar ese proceso de manera personalizada... Acá entra mucho la capacidad de reflexionar y de cuestionarnos hasta que punto estamos dispuesto a llegar, todo por la formación de nuestros futuros ciudadanos del mañana.
ResponderBorrarProfe Juan gracias por los aportes que ha dado, que bien que el blog, les ayuda a su quehacer!!
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