EVALUAR Y SER EVALUADO... UNA TAREA DE NUNCA ACABAR
Evaluar y ser evaluado no puede ser un proceso lleno de traumas y angustias, debe ser una actividad animada que propicie espacios de reflexión, análisis, auto control, conocimiento del alumno y al mismo tiempo del profesor.
Desde siempre, la evaluación del estudiante ha sido una tarea ardua pues no es sencillo hacer seguimiento a 45 chicos en un salón, en ocasiones, las estrategias se acortan quizás por el cansancio del día y el cúmulo de semanas, o quizás por el poco tiempo que se tiene en el aula de clase, pero siempre es bueno conocer el metro cuadrado que nos rodea.
Cuando se conoce un poco más el alumnos o el maestro, es desde luego mucho más sencillo identificar cualidades, defectos, hasta problemas que puedan llegar a impedir un aprendizaje significativo del que tanto habla Ausubel "la estructura de los conocimientos previos condiciona los nuevos conocimientos" y en esta medida es el maestro (el evaluador) que debe propiciar ambientes adecuados que no sesguen la actividad, que los evaluados puedan estar cómodos para responder.
No tiene sentido que el maestro "raje" a un estudiante, tiene más sentido la labor docente cuando se identifica el problema de aprendizaje y se crean estrategias para lograr que ese alumno que no aprendió lo haga.
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Excelente, gracias por compartirnos estos artículos que invitan a la reflexión.
ResponderBorrarGracias a usted por querer leer e inquietarse un poco más para enriquecer su labor.
BorrarLa reflexión pedagógica relacionada con la evaluación es fundamental en una época, como esta, donde resulta màs importante fortalecer las competencias y talentos de nuestros estudiantes que saturarlos de contenidos inútiles.
ResponderBorrarEs muy bueno recordar éstos aspectos tan importantes e interesantes para el diario vivir con nuestros estudiantes, en ocasiones nos saltamos detalles muy necesarios para entenderlos y trabajar teniendo en cuenta sus condiciones, necesidades y dificultades. Claro está que ésta evaluación inicial se hace un poco difícil y lenta por la cantidad de niñ@s de nuestras aulas.
ResponderBorrarGracias por participar Francisco y Marleny.
ResponderBorrarEl proceso de evaluación es un tema que desde siempre se ha abordado y se ha dado directrices de cómo evaluar, pero es en gran medida un momento donde el maestro debe ser hábil y conocer detalles de sus estudiantes, no basta sólo con calificar una tarea que quedó mala, es conocer porqué el alumno no entendió y si es el caso evaluar dentro de la misma clase. Un maestro que verdaderamente maneje su grupo es capaz de reconocer habilidades y debilidades en los chicos. Yo los invito a reflexionar en la manera como evaluamos, en el sentido que tiene poner una calificación.
Recordemos que somos integrales y es en esta medida en que evaluamos: desde la integralidad y el principio de proporcionalidad.
Maria Isabel Tamayo
Gracias por participar en el blog Francisco.
ResponderBorrarLa evaluación debe convertirse en una herramienta de aprendizaje no de represión y es precisamente lo que debemos reforzar a maestros.
Como dice Ken Robinson: los talentos deben hacer que la "educación pase de ser industrial a ser agraria" es decir, que pueda florecer y que los estudiantes den muestra de ello.
Un abrazo.
Realmente el proceso de evaluación es de carácter holístico, de ahí que podamos impartir diversidad de estrategias para valorar y mediar las competencias no sólo desde un orden actitudinal, procedimental o cognitivas, sino además de ese gran compendio que hoy por hoy debemos tener en cuenta como la presencia de las inteligencias múltiples, las competencias ciudadanas que son eje transversal en el proceso formativo, para así resaltar la relevancia de que el acto evaluativo no se estandariza por tiempo u otras variables, pienso que precisamente por ser integral, es constante y total, abarcando todos los momentos y espacios en que estamos en interacción con los niños...
ResponderBorrarJuan Pablo Villa Ríos.