1.- Interés por el tema de trabajo
estudio interviene en su motivación para el aprendizaje. Un tema interesante desencadena con
facilidad el esfuerzo necesario para aprenderlo.
El tema puede ser muy variado: la prehistoria, la segunda guerra mundial, las integrales,... pero, el
contenido no es interesante en sí mismo, depende fundamentalmente de la forma en que el profesor
lo trabaja. Los profesores realizamos muchas actuaciones para hacer interesantes los temas de
trabajo, partimos de las experiencias de los alumnos, relacionamos los contenidos con cuestiones de
actualidad, mostramos nuestro entusiasmo, planteamos actividades atractivas, hacemos que utilicen
lo que han aprendido...
Por otro lado, con cierta independencia de los temas de trabajo y de la forma de presentarlos, puede
haber alumnos que estén siempre interesados o por el contrario, alumnos que no lo estén nunca; los
alumnos seleccionan e interpretan con sus ideas, sentimientos y recursos los contenidos de trabajo.
Las intervenciones de los profesores deben también enseñar a los alumnos a ser conscientes de los
aspectos que determinan su interés, y de las estrategias o recursos que ellos mismos pueden utilizar
para llegar a interesarse por los
temas escolares.
Rosario Cubero destaca la participación de los alumnos como uno de los aspectos fundamentales
para su implicación y motivación, una participación en la que se puedan tomar decisiones, en la que
cuente la opinión personal, en la que haya que resolver problemas para lo que es necesario pensar y
crear soluciones. En la experiencia práctica realizada junto a José Eduardo García, explican el
desarrollo de dos temas del área de Conocimiento del Medio; en su metodología se parte de las
ideas de los alumnos y, sobre todo, las tienen en cuenta durante todo el proceso.
2.- Sentimiento de competencia
El sentimiento de competencia es un factor clave en la motivación de muchos alumnos por el
estudio. El sentirse competente le supone al alumno pensar que puede aprender, lo que favorece que
tenga sentido realizar el esfuerzo necesario para conseguirlo. Un alumno que ante lo que se le exige
aprender anticipe grandes dificultades o incluso la imposibilidad de conseguirlo, difícilmente
pondrá en marcha o sostendrá, ante las primeras dificultades, su actividad intelectual.
La sensación de sentirse competente o, por el contrario, con muchas dificultades para aprender se va
configurando en la experiencia escolar. El alumno se va forjando una valoración de su competencia
como estudiante a partir de los resultados que obtiene, de los comentarios que sobre estos resultados
se realizan y de las expectativas que transmiten profesores, padres y compañeros.
En su artículo Jesús Alonso escribe: A menudo pensamos que nuestros alumnos no aprenden
porque no están motivados. Sin embargo, con frecuencia las cosas son al revés: no están motivados
porque no aprenden... En este trabajo junto al que desarrolla a continuación Nuria Sánchez, se
presentan intervenciones de los profesores en tres áreas distintas: Sociales. Lenguaje y Matemáticas.
En cada uno de ellos, después de captar el interés de los alumnos, explican el proceso de ayuda que
promueve no sólo el aprendizaje del tema, sino sobre todo, que pregunten cuando no entiendan, que
sepan que hacer cuando tengan dificultades y que perciban que los errores son una ocasión para
aprender. Se trata de favorecer que los alumnos tengan buenos resultados y, sobre todo, que confíen
en su capacidad.
Debemos enseñar a los alumnos a ser conscientes de este aspecto de su motivación y del papel que
ellos tiene para mejorar progresivamente su capacidad para aprender. Las explicaciones de estas
estrategias por parte del profesor, las prácticas de estos recursos y el modelo que supone su
comportamiento son los procedimientos para estas enseñanzas.
3.- Proyecto personal
Este motivo es el más general y en muchas ocasiones el más difícil. Tener un proyecto supone ver
el trabajo escolar como un medio para irlo consiguiendo; la ilusión por este proyecto puede hacer
que tenga sentido implicarse en actividades que no son muy atractivas o que requieren mucho
esfuerzo. La sensación de estar haciendo lo que se quiere y conviene hacer, es un elemento muy
significativo de madurez que favorece la disposición a esforzarse en las tareas escolares.
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Pedro Hernández explica que debajo del plano de los valores, de los proyectos o de la realización
personal, que tienen una importancia decisiva en el estudio, subyacen otros planos que explican este
último nivel y en general la motivación hacia el aprendizaje. En su reflexión práctica recoge las
experiencias de diferentes profesores sobre el modo en que son desarrollados los valores de
significación superior y proyectos de realización dentro del escenario escolar. De todo ello destaca
tres ideas: la primera...es que los valores o proyectos de tipo personal o social, no son ajenos a
otros valores y proyectos propiamente escolares que se potencian dentro del aula. La segunda idea
es que tales valores y proyectos son fomentados y desarrollados en la práctica si están
suficientemente enraizados en la filosofía del profesor y si él o ella misma se lo plantea como
objetivo a alcanzar. La tercera idea es que hay una estrecha vinculación entre los aprendizajes con
acento constructivista y el fomento de valores y proyectos.
4.- Sentir ayuda del profesor
Isabel Solé en su artículo enuncia: la motivación no es algo que viene dado, sino que se construye
siempre es interactiva, su influencia es mutua; decíamos antes que hay alumnos que animan nuestro
esfuerzo, de la misma manera para los alumnos tiene más sentido llevar a cabo su actividad
intelectual si perciben que el profesor quiere ayudarle. Así entendido, este aspecto incluye todos los
motivos que tratamos: interesarle sobre el tema, procurarle éxito, promover proyectos, organizar
trabajos cooperativos,...
En el artículo práctico (Lobato y Rojo) concretan más esta idea, la motivación a la que se refieren
con sentir el apoyo del profesor es la de mostrar sinceramente al alumno que nos importa como
persona, independientemente de que sea un buen o mal alumno. Ricardo Lobato escribe: Se trata de
un compromiso humano, singular, con cada alumno /.../ Se objetará que tal pretensión es ingenua,
inviable. No lo creo. Personalmente, me resulta tan difícil desarrollar y manifestar algún tipo de
afecto hacia esa masa ruidosa e indiferenciada que denominamos alumnado, como inevitable
cuando tomo conciencia de que se trata de individuos irreductiblemente diversos, con sus proyectos
a cuestas.
El sentimiento positivo hacia su profesor no es el resultado de acciones aisladas; el profesor sólo
puede ser motivador desde el respeto y la autoridad moral que le concede el alumno. El respeto y la
autoridad se la juega el profesor en su actividad diaria: al presentar el tema, resolver dudas,
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controlar la disciplina,... ; ya luego, pueden funcionar detalles personales como los que contamos:
corregir unos poemas, felicitar en un cumpleaños o decirle al alumno que confiamos en él.
5.- Sentir ayuda de los compañeros
Los compañeros suponen una fuente de información y modelo de proyecto de futuro. En parte, la
motivación está determinada por los sentimientos que se producen al colaborar, ayudar o ser
ayudado por los compañeros. Además, el interés por lo escolar, la perspectiva de seguir estudiando,
se vive y se transmite en las relaciones entre alumnos.
El profesor no puede ser el único que enseña, los alumnos son también fuente de información y
ayuda; los proyectos de trabajo en equipo y la enseñanza tutorizada entre alumnos promueven la
responsabilidad y animan el esfuerzo. La intervención del profesor, en este aspecto, debe incluir la
enseñanza de recursos para ser consciente de la influencia de los compañeros en la motivación y
reconocer los factores que se ponen en juego; también, el profesor debe enseñar recursos para
controlar pensamientos y acciones que optimizan las relaciones de grupo.
Gerardo Echeita nos recuerda la ventaja de los métodos cooperativos, la cooperación es motivadora
y además es un objetivo en sí mismo. Los beneficios de las relaciones entre alumnos no ocurren de
forma automática, requieren de la intervención del profesor y de un trabajo sostenido en el
tiempo,... pero merece la pena. Mas adelante nos cuenta su experiencia de aprendizaje cooperativo
con alumnos muy dispares, alumnos de universidad y de un programa de diversificación en la
E.S.O., y termina resumiendo algunos aprendizajes que ha obtenido desde esta práctica.
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Es interesante siempre tener una amplia perspectiva que sea holística en el marco de los factores que influyen en el proceso de enseñanza- aprendizaje, del cual tanto educador como educando son actores principales que van fuertemente ligados con principios tales como la Educabilidad y la Enseñabilidad
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